10 de septiembre de 2010

La Iglesia por dentro: el Cirio Pascual

Escondido en un rincón de la Iglesia, a la derecha de la puerta, entre la pila del agua bendita y la pila bautismal, se encuentra el Cirio Pascual. Es una vela gruesa, más que el resto de velas del templo, que se suele poner sobre una columna o un candelabro más adornado de lo normal.



El Cirio Pascual toma protagonismo durante la Pascua, cuando debe estar permanentemente encendido y también se usa su fuego durante los bautizos, las confirmaciones y los funerales. Cuando pasa esta época debe colocarse en la zona de la pila de bautismo.

En la simbología cristina, el Cirio representa a Cristo como luz para sus seguidores. Su origen no está claro: unos hablan de que puede estar en las columnas de cera que el emperador romano Constantino mandaba encender la noche de Pascua; otros lo enmarcan en la costumbre que había de escribir en un cirio bendito todas las fiestas movibles que dependían de la Pascua. La Iglesia incorporó a su liturgia el encendido del Cirio en 1607.

El Cirio Pascual se renueva cada año el sábado Santo durante la Bendición del Fuego y del Agua. Se enciende un fuego a la puerta de la Iglesia, con el que se prende el Cirio y con él, las velas con las que los fieles entran en la Iglesia. 


Momento en el que se enciende el cirio, en la ceremonia de la Bendición en la Semana Santa de 2011


Jose y Antonio compartiendo el fuego

A la vela se le añaden cinco granos de incienso, en representación de las llagas de Cristo. Se adorna con una cruz, las letras griegas Alfa y Omega y el número del año en curso.
 









Esta es la peana de madera que ha estado durante años en la Iglesia, sosteniendo el Cirio Pascual. Este año se ha cambiado por la de la foto de arriba, salida de las manos de Matías.





Artículo realizado con las aportaciones tomadas de Wikipedia y de la web de Comunidad Juvenil Católica mexicana Mariaicm

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