26 de febrero de 2011

El autobús-correo

Hace un par de semanas me topé en ese gran cajón de encuentros que es Facebook con un grupo de gente que hablaba y ponía fotos de Santibáñez. Tanto los comentarios como las imágenes son muy interesantes y allí he encontrado esta joyita que ha salido varias veces mencionada en las historias de este blog: el autobús que hacía la línea Camarzana-Santibáñez-La Bañeza.




Foto cedida por Juan Antonio Prieto.

El autobús que están ahí empujando, entre esforzados y divertidos, era un duro vehículo de color verde botella, con asientos de madera absolutamente incómodos. “Se llamaba el correo -cuenta Rosa- era el bus de línea a La Bañeza y traía el correo, pasajeros, las cajas de sardinas que mi madre vendía después por Santibáñez y cercanías...”.


Jesús da más datos: “El color de este entrañable correo era verde botella, los asientos de listones en madera semejantes a los que hay en algunas plazas. La gente que solía viajar en ella era la de los pueblos por donde hacía su ruta. El tiempo que tardaba en recorrer la distancia a La Bañeza venía siendo de dos a tres horas algunas veces más, hay que tener en cuenta el enorme número de paradas que hacía. Las mercancías viajaban en el techo junto con algunos equipajes, pero debemos recordar que no eran muchos, mas bien algún que otro paquete y lo que mas se usaba en ese tiempo, el capacho. Bueno esto es lo que yo recuerdo de un par de veces que hice el camino. También diré que la parada (de Santibáñez) la tenía junto al ayuntamiento. También junto al café de Abilio, antes la guarnicionera, en la casa del señor Polo, estaba si no recuerdo mal la cochera del Auto Res, blanco con una línea roja. Era mas lujoso y hacía la ruta a Zamora por el valle del Tera”.


Muchas gracias a Rosa y Jesús por sus aportaciones y a Juan Antonio Prieto, que me ha prestado su foto para hacer este post.


Hemos hablado de este autobús aquí y de otros similares en este otro artículo.

23 de febrero de 2011

Carros

Si hay un elemento que define a un pueblo este es el carro.


Fotografía tomada de Museo Virtual de Viejas Fotos

Los carros de vacas convivieron en Ayoó con los tractores durante largo tiempo. En los últimos años, aún se veían varios carros: el de mi tío Rogelio, el de mis vecinos Lucas y Emilia, el de Arsenio, el de Sergio, el de Ventura... y aunque aún pueden encontrarse algunos en bastante buen estado, solo nos queda la memoria para recordar aquel movimiento lento, pausado, con el chirriar de la llanta metálica en el suelo, el suave vaivén del paso del animal...


Carro de vacas en el pueblo leonés de Villa de Acebedo, en los Picos de Europa (web de la localidad)

Transporte en carro de mulas. Blog Pueblana,
de Pueblana Montalbán (Toledo)



¡Me encantaba ir en el carro con mi abuela! Claro que yo solo he disfrutado del carro casi como juguete, no me ha tocado ir a acarrear a fincas que distaban un montón de kilómetros de casa, salir aún sin amanecer e intentar echar una cabezada venciendo al frío de la madrugada con una manta o ir hasta La Bañeza a por mineral para las fincas.




Blog Pueblana

 El carro lo era todo, básico para el día a día de las tareas del campo, para el comercio, para el baile...




El carro de los mozos es una foto del blog Pueblana. El carro de las mozas es una foto recogida en la web de Villa de Acebedo.

 Los carros que yo llegué a ver en Ayoó eran los de vacas, pero también hubo en años anteriores carros de varas, para las mulas o los machos.

Carro de mulas en una foto de la web de Sordillos de Treviño (Burgos)

Carro de varas con una mula en Santibáñez de Vidriales. La familia venía de
la vendimia (se ven los talegones). Foto de Rosa Acedo Acedo,
que me la ha prestado para poner aquí de forma muy amable.
Ella es la del baby blanco, su madre conduce
y les acompaña una prima y un primo.



La caballería iba en medio, sujeta al carro con las varas, de ahí el nombre. Los carros de mulas se usaban para meter la paja, la hierba,... para el acarreo.
Y terminamos con un repaso de las partes del carro. Este precioso esquema lo ha hecho Gregorio Boixo, padre del encargado de la página web de Vegas del Condado, en León y autor de un montón de dibujos en los que detalla los aperos que se usaban en su pueblo y en otros muchos.
 
 

20 de febrero de 2011

La función

Por los pueblos pasaban gentes vendiendo todo tipo de mercancía: las colchoneras, los gallegos de los cajones, el que llevaba la máquina de hacer fideos, los vendedores de cuadros, los albarderos... también había lugar para la diversión con la visita de grupos que hacían pequeñas representaciones por las que luego pasaban el sombrero.




Mi padre recuerda a unos húngaros “que echaron una comedia, la de El derecho de nacer. Tocaban una trompeta, todavía me acuerdo, qué bien la tocaban, la hacían hablar... cantaban “si Isabelita quisiera ser mi esposa...”.



Echaron la comedia en la casa de Jesusa, la panadera, en la calle Castillo “donde había un corralón grande”. “Recuerdo que era la época la vendimia, ya habíamos vendimiado y abuelo me hizo ir a darle el recorte a las uvas, darle la vuelta, y yo tenía tanta prisa por ir a la comedia que no hice más que quitar las pieles a toda prisa para volver al pueblo”.


En otra ocación fueron unos turcos con un oso. “Le decían Nicolás, hazte el borracho y lo hacía. Nicolás, ponte firme, y se ponía... Rifaban cosas, vendían papeletas... También llevaban una cabra, Catalina, que subía a una escalera y saludada desde allí”.





Mi duda es por qué mi padre recuerda perfectamente que unos eran húngaros y otros turcos, pero tal cual me lo contó, lo pongo.
 
Si alguien quiere saber algo más de la infernal vida que se da a los "osos bailarines", puede leer este artículo del blog Lobo Astur.

17 de febrero de 2011

Ventanas con reja









Foto 1: Casa de Bina, la madre de Loli, Martina y Tomás. Foto 2: Casa en la calle Carracedo. Foto 3: casa de Guillermo Alonso, en la calle de la Iglesia. Foto 4: Casa de Valentín Casado. Foto 5: Casa del Ti Miguel García. Collage: casa de Laudelino en la calle Guapín, de Pascual Lobato en El Canto, panera en El Canto.


14 de febrero de 2011

O carro e o home

Hoy acerco a este blog una pequeña película gallega que me ha llamado la atención por su sencillez y su belleza. "O carro e o home" es un pequeño film documental que narra la creación de un carro, desde que los hombres van en busca de la madera del árbol hasta acaba su dura vida de trabajo, resquebrajado. En medio, escenas que seguro que a algunos de los de más edad que las vean, les traen recuerdos de su propia vida. También se ven tareas del campo, entre otras, las mujeres majando el lino, dura labor de la que hemos hablado en este blog varias veces.





 
La película es de 1941, dirigida por Antonio Román y con guión del etnógrafo Xaquín Lorenzo narra la construcción de un carro en Facos, aldea del concello de Lobeira (Ourense). La película tiene 100 planos y se cree que no es más larga porque se hizo con tan pocos medios que sus impulsores no tenían más dinero, lo justo para llevar esos metros de cinta al laboratorio para positivar.




La película no se llegó a estrenar y de hecho, estuvo perdida hasta los años 80, cuando un investigador cogió una copia que había guardado el etnógrafo y guionista y con ayuda del Museo do Pobo Galego, la sonorizó y recuperó. Casi al mismo tiempo, en la Filmoteca Española, se encontró una versión en castellano de la misma, de la que no se tenía noticia. Un curioso camino para un pequeño documental que os recomiendo vivamente ver. Apenas son diez minutos, en galego, pero unas imágenes del ayer que merece la pena ver.






El enlace es este, el de FlocosTV, El Cineclube do audiovisual galego. Pinchar aquí.
 
 
 
Artículo elaborado con la ayuda de la página de FlocosTV, y de culturagalega.org

11 de febrero de 2011

La cueva caída

Así se ve nuestra vecina cueva caída desde dentro, desde la puerta de entrada.



La misma foto, pero ahora con flash en la cámara.

Hace casi un año puse un post sobre el imparable deterioro de las cuevas. Las lluvias del invierno pasado y el paso del tiempo, han provocado múltiples problemas en las bodegas de Ayoó, algunas de las cuales están en ruina total ya. Una de ellas es nuestra cueva vecina, la de Miguel el de Joaquina, que presenta este aspecto desde el invierno pasado: Se ha caído todo el techo y los que tenemos cuevas en uso aún, estamos realmente preocupados por si la cosa sigue extendiéndose.

Los vecinos de pasillo en la bodega somos nuestra familia, ya que una es la cueva que era de mi abuelo Teófilo y en la que sigue haciendo vino mi padre; Aurelio el de Vitorina, que ocupa la bodega del recientemente fallecido Pedro Simonín y Emiliano, el de Carmen, aunque no usa desde hace tiempo la suya. Yo hice las fotos en verano y la verdad que me quedé impactada al ver el nivel de ruina que había, aunque algo se podía intuir al ver el boquete que ya se observaba desde fuera. Una pena.

Y el boquete, desde la superficie.



8 de febrero de 2011

50 pesetas

Foto de la web El Coleccionista
Abuelo y el Ti Zacarías encargaron un gorrifo en Santibáñez y dejaron una señal de 50 pesetas. Cuando fueron a recoger el gorrifo, al pagar, no les descontaron la señal y ellos no se dieron cuenta hasta más tarde. Volvieron, se lo dijeron al vendedor pero éste no lo quería reconocer, cosa que hizo que mi abuelo se enfadara mucho y ya sabemos cómo era Teófilo cuando se enfadaba (y cuando no, jeje): empezó a largar todos los juramentos que se le venían a la cabeza, mecaguental, mecaguen lo otro... casi hasta llegar a las manos. Resultado: vino la guardia y al final, mi abuelo se salí con la suya y cobró la señal, pero cargó con una multa de 50 pesetas (lo mismo que el dinero en disputa de la señal que había dado) por escándalo público y blasfemia.

5 de febrero de 2011

El futbolín

El Olentzero (el carbonero de la tradición vasca que trae regalos a los niños en la noche del 24 de Diciembre) nos ha regalado un futbolín de tamaño gigante en el que estamos perfeccionando nuestra técnica futbolera. Personalmente siempre me han gustado los futbolines, no seré muy buena, pero me lo paso pipa intentando meter goles y parar los cañonazos de mis contrarios. Y ello me lleva a mis recuerdos de futbolines en Ayoó, cuando hace muuuuuuchos años podíamos echar unas buenas partidas tanto en el bar de arriba como en el bar de abajo. Incluso, creo recordar, pero no sé si me equivoco, que llego a haber futbolín en el pub de Gloria y Andrés, aunque no estoy del todo segura ( ¿o era un billar, que también hubo uno en el bar de arriba...?).





La verdad que lo echo de menos, aquellas partidas de unos contra otros, rotando sitio y posición en el campo, rumiando pipas cuando nos tocaba mirar cómo jugaban los demás... las risas, los piques, una partida tras otra... ¡ojalá se vuelvan a poner de moda y reaparezcan los fubolines en Ayoó!


El futbolín es un invento de un gallego bien peculiar, con una vida de novela: Alejandro Finisterre. Apenas era un muchacho que vivía en Madrid cuando en un bombardeo de la guerra civil quedó gravemente herido. Le llevaron a Barcelona y allí, con un montón de críos que como él estaban heridos y aburridos en el hospital, se le ocurrió hacer una versión futbolera del tenis de mesa. Un carpintero vasco le hizo el primer futbolín siguiendo sus instrucciones, pero la guerra impidió que pudiera fabricarlo en serie y cuando marchó a Francia, al exilio, perdió los papeles de la patente del juguete. Parte de su exilio lo vivió en Guatemala, donde se cuenta que echaba partidas con el Che, y allí lo fabricaban indígenas con madera de caoba. Después su vida dio muchas vueltas, increíbles y aquel niño gallego se convirtió en un hombre polifacético, editor, autor y amigo de poetas. Cuando regresó del exilio vio que su futbolín era un juego popular, que se había extendido gracias a unos fabricantes valencianos que lo tomaron como suyo pero sin contar con su nombre para nada.



Alejandro Finisterré. Foto de la Agencia Efe recogida en Typically Spanish.


Por cierto, este hombre tuvo una especial relación con Zamora: fue amigo de León Felipe y albacea de su obra. Vendió el legado al Ayuntamiento de Zamora en una polémica operación que aún colea: no se pusieron de acuerdo en qué se había negociado exactamente y los recuerdos y documentos siguen almacenados sin que se sepa muy bien qué hacer con ellos. Los últimos años de Finisterre los pasó precisamente en Zamora, la tierra de su gran amigo el poeta y aquí, en el barrio de Pinilla, falleció a los 87 años en febrero del 2007.



Información recogida en Wikipedia, El País y La Opinión de Zamora.

3 de febrero de 2011

Ayoó en Facebook


http://www.facebook.com/?ref=logo#!/home.php?sk=group_132004383532222
Este es el nuevo punto de encuentro de Ayoó en la red: hemos creado un grupo en Facebook para comentar las cosas del día a día, noticias, chascarrillos, lo que vaya pasando en el pueblo. Antes lo hacíamos en el foro de la página de Ayoó pero lo podemos dar por muerto (justo ahora veo que alguien ha colgado un mensaje nuevo. A mi no me deja desde hace meses escribir nada...) y de ahí, la propuesta.

Ya sé que no todo el mundo tiene Facebook pero es muy fácil y si alguno tiene reticencia, que aparezca como anónimo o con un pseudónimo, que no ponga sus datos, os los inventais o no los ponéis y ya está. Podeis crear una cuenta de correo de estas de hotmail solo para eso. Vamos, que es muy fácil y solo te comprometes hasta donde quieras.



Si la gente se anima a participar, puede ser entretenido... Si os apetece, invitados estáis y si podéis, abrid la invitación a ver si se anima más gente... Un grupo en facebok es participar viendo, comentando, poniendo alguna foto, lo que queráis.


En Facebok había un grupo de Ayoó como ciudad, pero en él no se puede escribir, no sabes quién más es del grupo ni nada. El creado ahora se llama "Ayoó de Vidriales" y pone GRUPO. A ver si cuaja y al menos podemos comunicarnos noticias del pueblo por este medio (ya, ya... los jovenzuelos estáis conectados vía twiter.. pero bueno, los carrozas os hacemos un sitio aquí!!!!!)


A ver si os veo en el nuevo grupo. ¡¡Animaos!!

1 de febrero de 2011

El molino derrumbado

En los primeros tiempos de este blog hice un artículo, este, repasando lo que fueron los molinos de Ayoó. Uno de los que yo conocía mejor era el Molino de los Pobres, que estaba cerca de una finca donde mi padre tenía unos chopos plantados. Entonces puse esto:


El molino en el año 1995

MOLINO DE LOS POBRES. En La Veiga. Hasta no hace muchos años (las fotos son del año 1995) el molino estaba en pie y en bastante buen estado de conservación, incluso se podía ver todo el sistema de molienda, la piedra, la entrada de agua... pero ahora está cayéndose a trozos, se le ha hundido ya el tejado y pronto no quedará ni rastro de él.


Este verano pasé por allí y lo que me temía ya ha ocurrido... me encontré este panorama:

El molino en el verano de 2010

Que ya me lo veía venir, ya sabía que acabaría así, pero no por ello fue menor la tristeza. Este ya no tiene arreglo. Como diría mi amigo Trice, aquí tendría que sacar un tabanito... ahí está , para todos nosotros, por no saber conservar algo tan bonito y que tanto significó en la vida de Ayoó.