8 de abril de 2014

La Iglesia por dentro: asientos

¿Alguien se imagina lo que sería entrar en la Iglesia del pueblo y verla sin bancos? Se vería enorme pero vacía, extraña... Para escuchar a los sacerdotes, sus homilías, sermones, lecturas, tenemos los bancos en los que nos sentamos... aunque a veces aquello parece una clase de gimnasia, ahora de pie, ahora sentados y ahora, de rodillas (esto, cada vez menos).


La iglesia en la Semana Santa de 1995, cuando estaba en obras. Se ven las paredes en piedra.

Los bancos de la iglesia se han ido renovando, yo todavía recuerdo cuando había bancos toscos, sin respaldo, alguno de los cuales se llevaron después a la ermita de San Mamés. 


También había un espacio más amplio para los reclinatorios, pero ahora apenas si quedan un par de ellos junto al confesionario y ya no van los feligreses con él hasta el templo.





Ahora tenemos un buen número de filas de asientos con respaldo y con reposapies (o bien para arrodillarse), barnizados, de calidad.




También me he fijado que hay alguno (no muchos) donados, en los que aparece una chapa con el nombre del donante.



En el altar también hay un par de bancos, alguno ya necesitado de una reparación.




En esta foto y en las siguientes, detalle del banco. Tambien se aprecia cómo la chapa de la madera está levantada.



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